Sin embargo, los establecimientos informales siguen presentando una mayor proporción de cierres.
En 2021, 23 por ciento de los establecimientos formales murieron, contra 32.4 por ciento de los informales.
Pero para 2023, el porcentaje de establecimientos formales que cerró subió a 28.6 por ciento, mientras que la proporción de los informales bajó a 30.5 por ciento, de acuerdo con el Estudio sobre la Demografía de los Negocios (EDN), publicado el 31 de enero.
Uno de los motivos por los cuales los negocios formales han tenido una mayor mortalidad es porque se encarecieron los créditos, debido a que el Banco de México (Banxico) elevó las tasas de interés para contener la inflación tras la pandemia, aseguró Héctor Magaña, experto del Tecnológico de Monterrey.
«Aquellos negocios que contrataron un financiamiento a tasa variable, pues los intereses del mismo crédito se fueron incrementando con el paso del tiempo y en muchos casos se hizo imposible el pago de la deuda», consideró.
A ello se suman las alzas en los costos de contratación de personal por las reformas en materia de outsourcing y los ajustes en el salario mínimo.
El año pasado, por cada 10 mil establecimientos en general, al mes murieron 71 y nacieron 61, según el reporte de Inegi.
«A raíz de la crisis que provocó la pandemia, para ayudar a la economía, disminuyó la tasa de interés, pero una vez que pasó esto, se generó el problema de la inflación y para contener su ritmo creciente, el Banco de México tomó la estrategia de incrementar las tasas de interés.
«Esto hace que los costos de financiamientos de las empresas también aumenten», explicó.
Comentó que esta situación se observó sobre todo de 2021 a 2023, donde el banco central realizó incrementos constantes a la tasa de interés de referencia y esto se vio reflejado en los créditos a nivel personal y empresarial.
Dijo que lo anterior llevó a que las empresas liquidaran parte de sus activos o la empresa misma para liquidar la deuda con las instituciones financieras.
A pesar de esto, la tasa mensual de muertes disminuyó con respecto a lo que se observó durante la pandemia (2020 y 2021) y regresó al nivel que se tenía previo a la pandemia (2012).
«La brecha entre muertes y nacimientos que se observó durante la pandemia regresa gradualmente a sus niveles normales», advirtió el Inegi.