• Con una inversión de 1 millón 800 mil pesos, el DIF Estatal continúa con la apertura de estos espacios en beneficio de mujeres embarazadas, niñas y niños con problemas de desnutrición
  • Como parte de las acciones que desarrolla el Gobierno del Estado a través del DIF Estatal, en beneficio de las mujeres embarazadas, niñas y niños con problemas de desnutrición, se llevó a cabo la reapertura del Centro Regional de Nutrición y Albergue Materno (Cerenam), ubicado en la comunidad de La Pinta, en el municipio de Balleza.

    Para la remodelación, equipamiento y mobiliario de este espacio, se destinó una inversión de 1 millón 800 mil pesos, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las familias que habitan en dicha comunidad y sus alrededores.

    La directora de Alimentación y Desarrollo Comunitario, María de Lourdes Zaldívar Lozano, en representación de la presidenta del DIF Estatal, María Eugenia Galván Antillón, acompañada del secretario de Pueblos y Comunidades Indígenas (SPyCI), Enrique Rascón, hizo entrega de un reconocimiento al alcalde Jesús Augusto Medina Aguirre, por su compromiso de trabajar en conjunto para el bienestar de las mujeres e infantes en situación de alta vulnerabilidad.

    Zaldívar Lozano indicó que la gobernadora Maru Campos, desde el primer día de su gestión, dio la instrucción de reforzar y mejorar este programa, con el propósito de ampliar la atención a niñas y niños menores de cinco años y mujeres embarazadas o en etapa de lactancia, de los pueblos originarios.

    Se prevé que este año estén en operación un total de 20 Cerenam, espacios que de septiembre de 2021 a la fecha, han dado alojamiento a 8 mil 367 personas, repartido 382 mil 732 raciones alimenticias, y otorgado 5 mil 566 consultas de nutriología en beneficio de un total de 15 mil 576 personas.

    Adicionalmente, este año se ejercerán 7 millones de pesos del Fondo de Infraestructura Social para las Entidades (FISE), para el equipamiento de estos Centros.

    Durante el evento de apertura, también se hizo entrega de cobijas y de 20 kilos de frijol y 60 de maíz a cada una de las 350 familias presentes, es decir 28 toneladas de grano, a fin de ayudar en la alimentación de las personas de los pueblos originarios que habitan en el lugar.

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