La policía dio a conocer que el tirador de la Universidad de Praga tenía municiones para haber causado una matanza aún peor.
«Por la cantidad de munición encontrada, podría haber sido una tragedia mayúscula si no hubiéramos puesto presión en el agresor», aseguro el jefe de la policía, Petr Matejicek.
Los primeros agentes llegaron al lugar de los hechos a los pocos minutos del tiroteo.
Los agentes ya llevaban horas buscando al sospechoso, después de encontrar el cadaver de su padre afuera de su domicilio.