El Cardenal Angelo Becciu, de 75 años, ex asesor cercano del Papa Francisco, fue juzgado junto a otras nueve personas.
Becciu, el primer Cardenal procesado por el Tribunal Penal del Vaticano, fue acusado de malversación de fondos y se enfrentaba a una pena de hasta siete años de prisión.
La Fiscalía vaticana había solicitado una sentencia de siete años y 3 meses de prisión contra el Obispo, así como una multa de más de 10 mil euros.
«Respetamos el veredicto, pero ciertamente presentaremos una apelación», dijo Fabio Vignone, abogado del Obispo.
En el centro del caso está la compra, por 350 millones de euros, de un edificio de lujo en Londres entre 2014 y 2018, en el marco de las inversiones de la Santa Sede, que cuenta con un patrimonio inmobiliario considerable.
Este caso, con múltiples ramificaciones, pone de nuevo sobre la mesa la opacidad de las finanzas del Vaticano, máxime cuando el Papa Francisco ha intentado sanear su funcionamiento desde su elección en 2013.
El Pontífice argentino también reformó el sistema judicial para que obispos y cardenales puedan ser juzgados en tribunales laicos, y no solo en instancias religiosas.
El fiscal Alessandro Diddi había pedido penas de cárcel de casi cuatro años hasta más de trece, además de sanciones financieras, contra los diez acusados que comparecían por fraude, desvío de fondos, abuso de poder, blanqueo de dinero, corrupción y extorsión.
El Cardenal Becciu, ex número dos de la Secretaría de Estado, principal órgano del Gobierno central de la Santa Sede, conserva su título pero fue destituido de todas sus funciones en septiembre de 2020.
El Cardenal, nacido en Cerdeña, siempre mantuvo su inocencia y afirmó que «nunca había robado un céntimo». También dijo ser víctima de un «linchamiento mediático». Sus abogados pidieron su absolución.