Los senadores republicanos de Estados Unidos ya bloquearon 106 mil millones de dólares en ayuda de emergencia, principalmente para Ucrania e Israel, como reacción a la exclusión de las reformas migratorias que habían exigido como parte del paquete.
Los dirigentes estadounidenses quieren «seguir quemando el dinero de los contribuyentes en el horno de la guerra ucraniana», declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmando esperar que aún haya «suficientes personas razonables entre los miembros del Congreso» para negarse a ello.
El Kremlin asegura que el fin de las entregas de armas estadounidenses a Ucrania es un requisito previo para entablar conversaciones de paz.
El Presidente ruso, Vladimir Putin, afirma que el Ejército ucraniano se derrumbaría al cabo de una semana sin el apoyo de los países occidentales.