David Méndez Huerta, dueño de una de las funerarias del puerto, explicó para Excélsior que tuvo contacto con otros empresarios del ramo e intercambiaron información sobre cómo fue la atención fúnebre en las fechas cercanas al desastre natural, lo que los llevó a la conclusión de que la cifra de muertos fue de unos 300.
Señaló que en Acapulco hay 21 funerarias correctamente establecidas y entre los días 24 y 25 de octubre recibieron unos 100 cuerpos, más otros 50 que llegaron al Servicio Médico Forense.
«Muchos de los cuerpos fueron sepultados en panteones ejidales, en un ejido la máxima autoridad es el comisario de la comunidad y él puede autorizar la sepultura de un cuerpo».
En los siguientes tres días tras el azote de Otis a la costa, no estuvieron disponibles las oficinas del Gobierno y por tanto los trámites, por lo que muchas personas fueron sepultadas sin los mismos, ya que no permitirían tener los cuerpos descompuestos, antes de ofrecerles sepultura.
«Todos los días tenemos protestas de familiares de los marinos desaparecidos, que están pidiendo que se hagan operativos de búsqueda en el mar, son más de 50 los que están buscando», reveló Méndez Huerta.
Señaló que en los siguientes 10 días del desastre muchas personas murieron al quedarse sin tratamiento médico y hospitales sufrieron cortes del suministro eléctrico.