¿Cómo se sentiría usted, como madre o padre de familia, si un día por alguna necesidad debe dejar a su hijo al cuidado de otra persona quien, se supone es confiable, pero a su regreso ésta le entrega al hijo con huellas de haber sido golpeado en el rostro?
Hasta esta redacción acudió Alejandra García, madre de familia, para denunciar el presunto maltrato hacia su hijo, de un año de edad, en la guardería Kids Care, ubicada en la Privada de García Salinas 6909, de Las Granjas. El caso ya fue turnado al Departamento de Averiguaciones Previas.
La señora responsabiliza de lo ocurrido a la encargada del lugar, María Patricia Medina Portillo, diciendo que, durante las tres semanas que llevó a su bebé, se lo entregaban de mala manera y entre quejas, por no comer, por llorar todo el día e incluso hasta por vomitar debido al llanto.
Recuerda Alejandra que, en ese lapso, sólo un día no llevó a su hijo a la guardería, pero que María Patricia le advirtió que, si las faltas eran constantes, él sería dado de baja, pues se acostumbraría al ambiente del lugar.
El día de la presunta agresión, la madre fue a recoger al hijo. Mientras firmaba la hora de salida, le dieron la mala noticia de que el niño se había caído de la periquera (silla alta donde a los menores se les da de comer) por lo que él presentaba un moretón en el rostro tratado con árnica, cuyo recipiente le fue entregado para seguir con la curación.
Quien entregó a la criatura argumentó que mientras le daba de comer, se distrajo y en ese momento él se cayó por un berrinche que hizo, ya que momentos antes, «estaba muy inquieto».
Alejandra acudió al Departamento de Averiguaciones Previas donde la mandaron con un médico. En la Cruz Roja los Rayos X revelaron un golpe, pero las enfermeras le comentaron que una caída no le habría producido un moretón, sino una cortada o un chichón.
Por eso pensó que el niño fue cacheteado. Inmediatamente marcó al DIF, sin embargo, hasta el momento no ha recibido respuesta por la denuncia.
Buscando información en redes sobre la guardería, encontró el caso de otra niña que fue llevada durante meses, pero que cuando comenzó a hablar dijo que “Paty la encerraba y la castigaba”.
Alejandra concluye pidiendo apoyo a la autoridad correspondiente para evitar que este tipo de situaciones sigan ocurriendo, donde centros de cuidado para niños operan al parecer sin los debidos permisos, cayendo en graves errores.
Ante este caso, ¿usted qué haría en esta situación? ¿quién se hará cargo del asunto? ¿usted le confiaría su hijo a alguien que no conoce? ¿sabe usted a quién le deja a sus hijos para que los cuide?