Equipos de rescate y vecinos buscaban frenéticamente a sobrevivientes enterrados bajo los escombros, mientras autoridades luchaban por llegar a las zonas más remotas que quedaron incomunicadas.
Cientos de personas pasaron la noche a la intemperie por temor a las réplicas.
La SRE informó que hasta ayer no se habían reportado mexicanos afectados.
Gran parte del área afectada es rural, con muchas casas construidas con ladrillos de barro, un método de construcción tradicional que es muy vulnerable a los terremotos y las fuertes lluvias.
Escenas de devastación se desarrollaban por todo el país. En Marrakech, la principal ciudad turística del país, las calles lucían llenas de montones de escombros de edificios que se derrumbaron, incluidos montículos de polvo rojo de la antigua ciudad amurallada.
En los sitios rurales más afectados, los marroquíes trepaban por los cañones entre casas derrumbadas que cayeron en cascada sobre carreteras y pueblos, e intentaban recuperar a sus muertos.
Según el Ministerio del Interior de Marruecos, al menos 2 mil 015 personas murieron y alrededor de 2 mil 059 resultaron heridas, más de mil 400 de ellas de gravedad.
La magnitud exacta del terremoto aún no estaba clara. El Servicio Geológico de Estados Unidos estimó su magnitud en 6.8, pero el instituto geológico marroquí la cifró en 7.2. Eso haría que su tamaño fuera más del doble, según la escala logarítmica en la que se miden los terremotos.
Ayer estaba claro que el alcance de la catástrofe era extenso, siendo las provincias rurales fuera de Marrakech las más afectadas. Según los primeros desgloses de víctimas por provincias, el número de muertos fue especialmente elevado en Haouz, que incluye partes de las montañas del Alto Atlas.
Doce horas después del terremoto no hubo noticias sobre el desastre por parte del líder de Marruecos, el Rey Mohammed VI. Cuando habló, no se dirigió al público, pero emitió una breve declaración señalando que había dado instrucciones a las fuerzas armadas para que contribuyeran a los esfuerzos de rescate.
‘Parecieron años’: noche de terror y caos
Los residentes de Marruecos que vivieron el terremoto de primera mano dijeron que la confusión rápidamente se convirtió en terror y caos cuando sus paredes comenzaron a temblar y los objetos comenzaron a estrellarse contra el suelo.
En Amizmiz, una ciudad a unos 50 kilómetros al suroeste de Marrakech, cerca del epicentro, Yasmina Bennani estaba a punto de irse a dormir la noche del viernes cuando escuchó un fuerte ruido.
«Me sentí aterrorizada», contó Bennani, de 38 años, una periodista que, como muchas personas en la zona, vive en una casa hecha de ladrillos de arcilla. «Salí corriendo de mi habitación gritando y pidiéndole a mi madre que saliera también».
El temblor agrietó las paredes, rompió jarrones y lámparas, e hizo que pedazos del techo cayeran al suelo.
«No duró mucho, pero parecieron años», dijo.
Ella y su madre durmieron al aire libre, una decisión que también tomaron muchos residentes de pueblos y ciudades cercanos al epicentro del terremoto, en medio del temor a réplicas.
A medida que el número de muertos seguía aumentando ayer, y los rescatistas luchaban por encontrar sobrevivientes, quedó dolorosamente claro que muchos no habían logrado pasar la noche.
«Mi marido y mis cuatro hijos murieron», contó una mujer a la televisión estatal marroquí . «Mustafá, Hassan, Ilhem, Ghizlaine, Ilyes. Todo lo que tenía se ha ido. Estoy completamente sola».