“Lone Star ha utilizado policías estatales de Texas y la Guardia Nacional de Texas para llevar a cabo varios esfuerzos de cumplimiento, incluidas 60 millas (96.56 kilómetros) de alambre de púas. Una de las tácticas más recientes fue colocar una barrera fronteriza flotante a lo largo del Río Grande”, señaló ayer Dylan Corbett, director ejecutivo de HOPE, a través de un comunicado de prensa.
Agregó: “Lo que estamos viendo es esencialmente una ocupación militar de la frontera por parte del gobernador”.
La organización estadounidense, que apoya a las personas migrantes en ambos lados de la frontera, informó que en una comunicación por correo electrónico filtrada entre un policía estatal de Texas y su supervisor se revelaron historias sobre la amplitud de los abusos contra las personas que se encuentran a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
“Las historias filtradas están llenas de tratos inhumanos a niños, madres y padres. A un agente se le dio la orden de ‘empujar a la gente de regreso al agua para ir a México y subirse a nuestro vehículo y salir’. Los niños menores de un año, las madres embarazadas y más están siendo heridos en el alambre de púas que Texas está instalando a lo largo de la orilla del río y en el río, lo que resulta en laceraciones graves, extremidades rotas e incluso ahogamiento”, se lee en el comunicado.
Además del alambre de púas, una de las tácticas más recientes fue colocar una barrera fronteriza flotante. Sin embargo, a través del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, el Gobierno de Joe Biden demandó al de Texas, encabezado por Greg Abbott, por la colocación de boyas en el cauce del río Grande –conocido como río Bravo en México–, en la zona de Eagle Pass.
La instalación de las boyas es contraria a la Ley sobre Ríos y Bahías de Estados Unidos, pero no hace mención al Tratado de Límites y Aguas entre los dos países. La demanda menciona que la acción de Texas causó una queja diplomática de México, por lo que pide a un tribunal de justicia que obligue al Gobierno texano a eliminar el muro de boyas, que según la administración de Biden causa preocupaciones humanitarias y ambientales.