Ciudad de México.- Casi cuatro de cada 10 trabajadores en México labora menos de cinco días a la semana, cinco lo hace seis días y uno no tiene descanso.

Carmen Castillo labora en una salchichonería seis días a la semana, ocho horas diarias, por un salario de casi 7 mil pesos.

Ella es una de las 32.3 millones de trabajadores en el país que tienen una jornada superior a seis días a la semana.

Su jornada es de 48 horas semanales, pero si se suma el tiempo extra que labora para cubrir sus gastos, su jornada llega a ser de hasta 54 horas a la semana.

En contraste, sólo 16 millones de personas trabaja cinco días a la semana y 8.3 millones menos de esa jornada, señalan datos de la Encuesta Nacional de Empleo y Ocupación (ENOE) del Inegi, al primer trimestre del año.

Para generalizar las condiciones de trabajo, se presentó al Congreso una iniciativa de reforma de ley para reducir la jornada laboral a cinco días de trabajo, la cual puede retomarse en el siguiente periodo de sesiones.

Según el Inegi, unos 4.3 millones de artesanos, trabajadores fabriles y de reparación y mantenimiento laboran seis días a la semana.

Lo mismo que 4.1 millones de comerciantes y agentes de ventas pasan seis días trabajando y 3.4 millones de personas que se dedican a las actividades agrícolas y ganaderas, por citar sólo algunos ejemplos.

El objetivo de la reforma es que las horas laborables sean 40 a la semana, con dos días de descanso obligatorio, sin que esto afecte la remuneración que perciben los trabajadores.

«Esto se está viendo como una disposición que favorece al empleado con más días de descanso, y no veo cómo pueda haber una disminución del salario en función de la reducción de la jornada laboral, porque (ese salario) ya es un derecho adquirido por los trabajadores», aseguró Germán de la Garza, experto en temas laborales.

Es decir, las personas trabajarían menos días, con el mismo salario, si pasa la reforma.

Para Mónica Flores, presidenta de Manpower, la iniciativa para reducir las horas laborables a la semana de 48 a 40 horas tiene una buena intención, pero tendría que hacerse gradual para que las empresas puedan asimilar los cambios.

Desde su punto de vista, esta modificación afectaría a todas las industrias de la economía.

«Todos los sectores se verán impactados si se reduce la jornada laboral, las compañías que tienen turnos los siete días de la semana, en los tres horarios, permitidos por la ley, seguramente tendrán que aumentar un turno o dos para aumentar la productividad de la planta», subrayó Flores.

Añadió que el impacto para las empresas puede ser «mayúsculo» porque les va a costar implementarlo.

«Habría que ver la forma que se implementará, de alguna manera tendríamos que tener mucho cuidado, pero tenemos que hacerlo en conjunto, tanto sector empresarial, como obrero y Gobierno para que la implementación no pegue tanto en los costos de operación de las organizaciones.

«Los recursos son finitos y se necesita una etapa de adaptación para absorber este incremento (de días de descanso)», consideró.

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