En un mensaje a la nación, Putin dijo que las Fuerzas Armadas irán contra disidentes, pues advirtió que la insurrección sería comparable a la guerra civil de Rusia desatada en la Primera Guerra Mundial.
«Las ambiciones desmedidas y los intereses creados han llevado a la traición», dijo en un discurso televisado.
Con traje y corbata negros, semblante serio y tono marcial, el Presidente se dirigió, sin nombrarlo explícitamente, al hombre que lo desafía, Yevgueni Prigozhin.
«Es una puñalada por la espalda para nuestro país y nuestro pueblo», declaró.
Putin instó a quienes participan en la rebelión a que no cometan «un error fatal y trágico» y se desistan de colaborar en lo que calificó como actos criminales.
«Todos aquellos que deliberadamente pisaron el camino de la traición, que prepararon una insurrección armada, que tomaron el camino del chantaje y los métodos terroristas, sufrirán un castigo inevitable, responderán ante la ley y ante nuestro pueblo», advirtió.
Tras el discurso de Putin, el jefe de Wagner replicó que Putin está equivocado, pues esta insurreción es para que Rusia deje de vivir en el «engaño».
«El Presidente comete un grave error cuando habla de traición. Somos patriotas de nuestra patria, luchamos y seguimos luchando por ella», dijo Prigozhin en un mensaje de audio, criticando por primera vez al Kremlin.
«No queremos que el país siga viviendo en la corrupción y el engaño. Nadie planea rendirse a petición del Presidente, de los servicios de seguridad o de nadie», agregó.
Previamente, el líder paramilitar anunció la toma del cuartel general del Ejército ruso en Rostov, centro neurálgico de las operaciones en Ucrania, y aseguró que controla varias instalaciones militares.
Putin insistió en que la rebelión significa una «amenaza mortal» en pleno conflicto en el extranjero y sus órdenes se concretaron horas después con el ataque a una caravana de mercenarios que ya se movilizaba hacia Moscú.
Combaten en Vorónezh; Moscú en alerta
De acuerdo con Reuters, helicópteros militares rusos abrieron fuego contra un grupo de rebeldes que ya se encontraba a más de medio camino hacia la capital rusa, en un avance relámpago.
Los paramilitares estaban más allá de la ciudad de Vorónezh con vehículos de transporte de tropas y al menos un tanque en un camión de plataforma cuando fueron atacados desde el aire.
Mientras, en Moscú se incrementó la presencia de seguridad en las calles. La Plaza Roja, cerca del complejo presidencial, fue bloqueada con barreras metálicas.
En el centro de la ciudad pudieron verse a primera hora del sábado camiones militares pesados y vehículos blindados, además de soldados con fusiles de asalto ante el edificio principal del Ministerio de Defensa. Pese a la presencia militar, los bares y restaurantes estaban llenos de clientes.
Ayer, el líder del grupo Wagner, que fuera aliado de Rusia en la guerra contra Ucrania, inició un motín tras denunciar que los militares rusos habían matado a muchos de sus combatientes en un ataque aéreo. El Ministerio de Defensa lo negó.
Prigozhin dijo que su objetivo era castigar al Ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, a quien responsabilizó de lanzar cohetes y atacar campamentos Wagner con helicópteros.
Según el magnate, el jefe del Estado Mayor, el General Valery Gerasimov, ordenó los ataques tras una reunión con Shoigu en la que ambos líderes decidieron acabar con el grupo de mercenarios. Afirmó que sus fuerzas derribaron un helicóptero militar ruso que disparó contra un convoy civil.
«Somos 25 mil y vamos a averiguar por qué se está produciendo el caos en el país», dijo, prometiendo destruir cualquier puesto de control o fuerza aérea que se interpusiera en su camino.
«Estamos muriendo por el pueblo ruso, que debe ser liberado de quienes bombardean a la población civil», añadió.
Atentos Ucrania y sus aliados
Los Gobiernos de Francia, Alemania, Reino Unido, así como la Unión Europea, indicaron que seguían de cerca la situación en Rusia. La Casa Blanca dijo que el Presidente Joe Biden fue informado.
«Esto representa el desafío más importante para el Estado ruso en los últimos tiempos», declaró el Ministerio de Defensa británico.
«En las próximas horas, la lealtad de las fuerzas de seguridad rusas, y especialmente de la Guardia Nacional rusa, será clave para saber cómo se desarrolla esta crisis».
El Presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, señaló que el conflicto demuestra la fragilidad de las fuerzas rusas.
«La debilidad de Rusia es evidente. Debilidad total», escribió en redes sociales.
«Y cuanto más tiempo mantenga Rusia a sus tropas y mercenarios en nuestra tierra, más caos, dolor y problemas tendrá para sí misma después».
Líderes de Polonia e Italia indicaron que también estaban atentos a la situación, mientras Estonia reforzó la seguridad en la frontera que comparte con Rusia.
La insurrección reciente crea el riesgo de dejar en desbandada a la fuerza de invasión rusa en Ucrania, justo cuando Kiev está lanzando su contraofensiva más fuerte desde que comenzó la guerra en febrero del año pasado.