«En el padrón de comercialización se habla de 170 mil a 180 mil vacas, en etapa reproductiva, es decir, que aún tienen potencial reproductivo y de producción.
«La mayoría tiene toda una inversión de en cuestión genética, un valor genético de producción, pero muchas terminaron en engorda o en el rastro, algo lamentable porque se pierden años de trabajo», dijo.
De acuerdo con cálculos de la Unión Ganadera, mientras que una vaca en etapa reproductiva puede valer en el mercado hasta 50 mil pesos, un rastro paga casi 35 mil pesos, lo que representa un fuerte impacto económico a los ganaderos.
En Jalisco, uno de los estados más importantes del país, afecta a casi 15 mil ganaderos, que se concentran en familias o pequeñas empresas, pero abarca a las ramificaciones económicas como veterinaria, forrajes y pasturas, asesoría técnica, refacciones de establos, explicó el directivo.
Urgió a que el Gobierno coordine políticas que beneficien a los productores, que ante la falta de mercado para distribuir leche y mayores costos de producción, deben optar por vender sus vacas a un menor precio de su valor.
Velasco dijo que los productores han tenido que hacer frente a incrementos de insumos para la producción, en alimentación, medicina veterinaria, energéticos como gasolinas y electricidad, situación que los pone en desventaja.
Además, a la falta de apoyos e importaciones, los ganaderos reportan afectaciones porque las compras de Liconsa pasaron de un millón de litros diarios de leche en Jalisco, a menos de 300 mil litros.