Por dicho hecho, Rusia y Ucrania se culparon mutuamente, sin ofrecer pruebas. El Presidente Volodymyr Zelensky culpó a los «terroristas rusos», mientras que el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, señaló a las fuerzas ucranianas y calificó lo sucedido como un ataque de «sabotaje».
Las comunidades a lo largo de la vía fluvial corren el riesgo de ser inundadas y arrastradas. Unas 16 mil personas se encuentran en la «zona crítica» en la orilla occidental del río Dnipro controlada por Ucrania, dijo Oleksandr Prokudin, administrador militar regional.
Las posibles consecuencias medioambientales y sociales ocasionadas por el desastre quedaron claras pronto cuando las viviendas, las calles y los negocios empezaron a inundarse río abajo y los equipos de emergencias iniciaron los desalojos.
Los funcionarios se apresuraron a revisar el sistema de refrigeración de la central nuclear de Zaporiyia y las autoridades se mostraron preocupadas por el suministro de agua potable en Crimea, la península anexionada ilegalmente por Rusia en 2014.
Andriy Yermak, jefe de la Oficina, publicó un video en el que aparecían cisnes nadando cerca de un edificio administrativo en las inundadas calles de Nova Kakhovka, una ciudad ocupada por Rusia en la provincia de Jersón que antes de la guerra tenía unos 45 mil habitantes.
En otras imágenes se veía que el nivel del agua alcanzaba la segunda planta del inmueble.
El Ministerio del Interior ucraniano pidió a los residentes de 10 localidades en el margen derecho del río y de partes de la ciudad de Jersón que reúnan sus documentos esenciales y a sus mascotas, apaguen los electrodomésticos y se marchen, al tiempo que advirtió sobre posible desinformación.
El Alcalde nombrado por Rusia para Nova Kakhovka, Vladimir Leontyev, dijo que el agua estaba empezando a llegar a la ciudad, por lo que está siendo evacuada.