Ciudad de México.- La ciencia ha encontrado nuevos aliados contra la contaminación plástica.

En las marismas saladas de Jiangsu, una de las veintidós provincias de China, un grupo de científicos halló 184 especies de hongos y 55 de bacterias capaces de descomponer diversos plásticos, se indica en un estudio publicado en Journal of Hazardous Materials.

La investigación, realizada por especialistas del jardín botánico Kew Gardens, en Reino Unido, sugiere que dichos especímenes podrían contribuir a lidiar con la polución de ciertos polímeros.

Las muestras recolectadas en mayo de 2021 en el distrito de Dafeng confirmaron la presencia de una «plastisfera» terrestre, un ecosistema aún poco conocido de desechos plásticos costeros.

Gracias a estudios anteriores, hoy en día se han identificado un total de 436 especies de hongos y bacterias capaces de devorar el plástico.

«Los científicos de Kew y sus socios creen que sus últimos hallazgos podrían conducir al desarrollo de enzimas eficaces diseñadas para degradar biológicamente los residuos plásticos», precisa el recinto británico en un comunicado.

El estudio The distinct plastisphere microbiome in the terrestrial-marine ecotone is a reservoir for putative degraders of petroleum-based polymers fue publicado dos semanas antes de las negociaciones en París que deberán derivar en un tratado internacional legalmente vinculante contra la contaminación por plástico para finales de 2024.

Amenaza creciente

Los residuos plásticos siguen siendo representando un desafío creciente para la humanidad.

Datos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señalan que el 22 por ciento de las 353 millones de toneladas de residuos plásticos producidos a nivel global en 2019 terminaron abandonados, es decir, quedaron en vertederos ilegales, quemados al aire libre o arrojados a la naturaleza.

Al respecto, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) indica que la cantidad total de plásticos en los océanos se incrementó en un 50 por ciento en los últimos cinco años pese al aumento de políticas para combatirlos.

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