Villanueva, quien buscaba ser absuelta, fue expulsada este jueves de la prisión en la que pasó 25 años. Su liberación fue anunciada el lunes 30 de enero, día en el que fue citada a una reunión con el Presidente del Tribunal Superior de Justicia de la entidad, Jorge Gamboa Olea, y a un lustro de cumplir su sentencia.
«¿Ya le gustó estar aquí o no tiene a donde ir o es es una clase de berrinche el que usted hace?» fue la respuesta de Gamboa ante la negativa de Villanueva de abandonar el penal.
Ella le expresó que no aceptaría un beneficio que no solicitó y que en pocos días se judicializaría la investigación que demostraría su inocencia.
«A usted se le hace justo que yo haya sido torturada, presa 25 años, haber dejado un niño de 11 meses y otro de 8 años y venir a aceptar un beneficio por un delito que yo no cometí? Prefiero morir a aceptar ese beneficio», afirmó.
Ante ello, los guardias arrojaron en la entrada dos bolsas de plástico con sus pertenencias, narró Villanueva a Grupo REFORMA.
Nueve años atrás, la mujer denunció que fue detenida injustamente, torturada por cuatro días, vinculada a un crimen que no cometió y sentenciada bajo pruebas fabricadas, por lo que exigía que antes de salir se reconociera su inocencia.
EL SECUESTRO
El 22 de junio de 1997, una niña de 12 años fue secuestrada en Huajintlán, Morelos, por lo que su familia entregó, como rescate, un lote de joyas.
En diciembre de ese año, el entonces Procurador de Justicia, Carlos Peredo Merlo, ofreció una rueda de prensa en la que presentó a una banda criminal, hombres identificados por el padre de la menor, que aceptaron haber sido los plagiarios y a quienes se les decomisaron las joyas.
Sin embargo, el 6 de enero de 1998, cuando María Luisa tenía 21 años, fue plagiada por policías encapuchados junto con su entonces pareja, Catalino Martínez, mientras se encontraban en un restaurante del poblado de Galeana, en Zacatepec.
La mujer escuchó que los hombres le exigían a Catalino una fuerte suma de dinero para dejarlos ir. Sin entender lo que pasaba, fue ingresada a una casa de seguridad y torturada por cuatro días.
El 10 de enero fue presentada en la entonces Procuraduría de Justicia, ahora Fiscalía, donde los captores omitieron la detención hecha el 6 de enero y reportaron que ese mismo día había sido capturada en la carretera.
«Me ponen a declarar que yo había secuestrado a una menor, venía saliendo de un trauma enorme por la tortura y me dicen que yo había secuestrado a alguien, no entendía lo que sucedía, aún con la tortura negué todos los hechos», indicó Villanueva, quien recibió una pena de 30 años de prisión.
«Ya en el proceso me condenan a pagar unas joyas que en ningún momento se me decomisaron, eso jamás pasó, las joyas ya las tenían desde 1997, me obligan a pagar esas joyas que yo nunca tuve en mi poder», contó.
La mujer, afirmó, busca sentar un precedente con su caso para evitar que se repita.
«Ha sido un desgaste emocional, físico y psicológico para que se aclare la verdad, tengo todo el derecho a conocerla y que la sociedad sepa que me dejaron 25 años en prisión, que lo perdí todo por una injusticia y quede como precedente para que ninguna mujer vuelva a sufrir algo como yo».
«Sólo pido justicia y que se reconozca mi inocencia, quiero ver de frente a esta sociedad y a mi familia», expresó Villanueva.
Lo más duro, consideró, fue haberse separado de sus hijos siendo tan pequeños.
«Mis hijos se quedaron solos, con una señora que no era su familia, mis hijos perdieron su identidad, sufrieron bullying (…) ha sido algo que llevo cargando».
UNA BATALLA LEGAL
En 2014, a María Luisa le practicaron el protocolo de Estambul, aplicado a personas que sufrieron tortura, en el que se demostraron las vejaciones que se habían cometido en su contra.
Entre 2014 y 2019, sus abogados lucharon para que la Fiscalía de Morelos aceptara la denuncia por tortura y las evidencias de que la mujer no participó en el secuestro.
Para ello, fue necesario que un juez ordenara que se admitiera la denuncia y que un organismo de derechos humanos declarara que la FGE estaba obstaculizando la justicia.
Tras ser obligados a investigar, se llevó a cabo una mesa de diálogo y este 15 de febrero se llevaría a cabo una más para judicializar la carpeta de investigación.
«Además de la libertad, estábamos esperando el reconocimiento de su inocencia, ahora seguiremos luchando para que se reconozca que Maria Luisa es inocente», expresó su abogada, María Elena Medina Vargas.