En 2020, el Gobierno mexicano anunció la eliminación gradual del maíz transgénico y el herbicida glifosato para 2024, abriendo la incógnita sobre cómo logrará compensar las decenas de millones de toneladas de maíz amarillo genéticamente modificado que importa cada año desde Estados Unidos.
En su reunión de hoy en Palacio Nacional, el Secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, le planteó al Presidente Andrés Manuel López Obrador las «profundas preocupaciones» de su Gobierno y de los productores en torno a la norma que entrará en vigor en enero de 2024.
«El decreto tiene el potencial para interrumpir sustancialmente el comercio, perjudicar a los agricultores en ambos lados de la frontera y aumentar significativamente los costos para los consumidores mexicanos», dijo Vilsack, citado en un comunicado del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
«En ausencia de una resolución aceptable del problema, el Gobierno de Estados Unidos se vería obligado a considerar todas las opciones, incluida la adopción de medidas formales para hacer cumplir nuestros derechos legales en virtud del T-MEC», agregó.
Vilsack sostuvo que la relación comercial entre los vecinos también sería «significativamente impactada» por el decreto. El comercio entre Estados Unidos y México alcanzó un valor récord de más de 63 mil millones de dólares en 2021 y se espera que sea aún mayor en 2022.
A pesar de que dijo que en la reunión de este lunes se lograron «algunos avances», el funcionario estadounidense también aseguró que «se está acabando el tiempo».