A bordo del helicóptero Halcón I de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), es como los cinco observadores aéreos que pertenecen a la Unidad de Operaciones Aéreas (UOA), realizan cada día sus labores de vigilancia desde las alturas, para seguridad de los chihuahuenses, que en muchas ocasiones deriva en la persecución y captura de delincuentes.

Silvia Beatriz Marrufo García, Mirta Carmona Almanza, así como sus compañeros Carlos Pérez Zamora, Jonathan Saucedo Castrejón y su coordinador, Juan Enrique Cruz Morales, son elementos esenciales para el combate a la delincuencia desde las alturas, pues son policías armados y preparados que cuentan con entrenamiento para actuar en casos donde resulta necesaria la participación del helicóptero: persecuciones, búsqueda de personas, rescates, entre otros.

A diferencia del patrullaje en unidades terrestres, realizarlo desde el aire requiere habilidades especiales y mayores precauciones que permitan al elemento tomar el control de la situación y evitar que los delincuentes escapen del lugar, una vez que son localizados desde arriba, para lo cual reciben constantes cursos de actualización y capacitación que garanticen la seguridad de ellos y de las personas en tierra.

El policía tercero Juan Enrique Cruz Morales, quien cuenta con casi 18 años dentro de la corporación y quien encabeza a sus compañeros, dijo que esta labor es muy diferente a la realizada en tierra, pero al fin de cuentas en ambas modalidades buscan la misma finalidad, que es la de servir y proteger a los ciudadanos desde una perspectiva diferente.

“En cada vuelo de patrullaje realizado, quienes llevamos el mando y dirigimos al piloto hacia la ruta donde deberá trasladarse somos nosotros, para ello nos basamos en la incidencia y dinámica delictiva que se va presentando en la mancha urbana, o bien a solicitud de alguna emergencia que surge al momento de estar en el aire”, agregó Cruz Morales.

La Policía de Chihuahua es de las únicas en el país que cuenta con un helicóptero y una Unidad de Operaciones Aéreas (UOA) propios, cuyo servicio no ha sido limitativo a la vigilancia aérea, sino que, gracias a que puede ser también configurado como ambulancia, ha permitido realizar docenas de rescates y traslados, no sólo dentro de la demarcación municipal, sino en otras partes del estado que han solicitado el apoyo.

Según expresaron los agentes observadores, es común que al verlos volando, las personas apunten luces láser hacia el aparato, sin embargo, esto es un delito y afecta gravemente la visibilidad de los pilotos, por ello deben evitarse, así como elevar drones, debido al riesgo que ello representa.

Finalmente, todos coincidieron en que rescatar a alguien y poder salvarle la vida es una de las mejores satisfacciones que deja esa labor. Por ejemplo, hace unos meses, en cerca de 15 minutos lograron llevar desde Majalca a un hospital a un menor que había caído en un barranco y estaba herido, hecho que hubiera demorado alrededor de 4 horas a una ambulancia terrestre”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *