La acción del gobierno de Estados Unidos ocurre durante el incremento en las tensiones con Corea del Norte, que ha realizado pruebas con misiles en 24 ocasiones en este año, algunas con múltiples proyectiles.
El lunes, Pyongyang disparó un misil balístico de rango intermedio sobre Japón, el cual voló 2 mil 800 millas, siendo la distancia más larga que haya viajado un arma de Corea del Norte.
Estados Unidos y Corea del Sur dispararon misiles en un ejercicio que se efectuó el miércoles, y el Pentágono movió un portaaviones a un área al este de Corea del Norte.
“La República Popular Democrática de Corea sigue su ritmo, escala y alcance sin precedentes de lanzamientos de misiles balísticos en este año”, comentó Antony J. Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, a través de un comunicado, utilizando el nombre formal de Corea del Norte.
“Tan sólo en este año, lanzó 41 misiles balísticos. Seis de ellos fueron intercontinentales”.
Funcionarios de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón esperan una posible prueba nuclear de Kim Jong-Un, el líder de Corea del Norte.
Si Corea del Norte la lleva a cabo, podría convertirse instantáneamente en una crisis en Washington y en las capitales de Asia y añadirse a los temores globales, que se están intensificando, mientras Vladimir V. Putin de Rusia amenaza con utilizar armas nucleares en su guerra con Ucrania.
“No habíamos enfrentado la posibilidad de un Armagedon desde la Crisis de Misiles de Kennedy y los Cubanos”, dijo el presidente Biden acerca de las amenazas que lanzó Putin, durante un evento demócrata para recaudar fondos en Nueva York.
Algunos analistas aseguran que es improbable que Kim realice una prueba nuclear durante el vigésimo congreso del Partido Comunista de China, que empezará este 16 de octubre en Pekín.
Ese cónclave es crucial para Xi Jinping, el líder chino, quien se espera que amplíe su término por otros cinco años.
Corea del Norte depende de China en apoyo económico y diplomático, aunque Kim también se ha adherido a una ideología de la auto-suficiencia.