Tailandia.- Una masacre de decenas de niños de entre dos y cinco años sacudió este jueves a Tailandia, causando una conmoción mundial por una de las peores matanzas en el país asiático.

El sospechoso es un ex policía que tras el ataque en una guardería mató también a su propia familia y luego se suicidó. Esto es lo que sabemos del caso.

En una de las peores matanzas de niños perpetrada por un solo atacante en la historia reciente, la mayoría de los pequeños que murieron en Uthai Sawan, una ciudad situada a 500 km al noreste de Bangkok en la Provincia de Nong Bua Lamphu, fueron apuñalados hasta la muerte, según la Policía.

36  personas murieron en total.                        
24 de los muertos eran niños.   

El atacante había ido a la escuela Na Klang alrededor de las 12:30 horas locales a recoger a su hijo y al no encontrarlo comenzó la matanza, dijeron autoridades. En el centro se encontraban unos 30 niños cuando llegó el hombre, armado con un fusil, una pistola y un cuchillo.

Entre las víctimas estaba una profesora que estaba embarazada y que fue acuchillada fatalmente, indicó la Policía.

“El atacante llegó alrededor de la hora del almuerzo y disparó primero a cuatro o cinco funcionarios de la guardería”, relató el funcionario distrital Jidapa Boonsom, que en ese momento trabajaba en una oficina cercana.

                Es realmente impactante. Estábamos muy asustados y corrimos a escondernos cuando supimos que eran disparos. Mató a muchos niños, nunca había visto algo así».

Jidapa Boonsom, funcionario y testigo.

“El atacante se estacionó delante de la guardería, disparó y mató a cuatro trabajadores que almorzaban delante”, explicó Nanthicha Punchum, directora de la guardería.

Tras el ataque, el sospechoso huyó de la guardería en coche y atropelló a varios peatones. Después mató a su mujer y a su hijo, y luego se suicidó.

“Intentó atropellar a otras personas en el camino. Chocó contra una moto y dos personas resultaron heridas. Yo me apresuré a alejarme”, dijo una testigo, Paweena Purichan, de 31 años, que circulaba en moto hacia su tienda.

“Había sangre por todas partes”, añadió.

En imágenes en video del lugar podía verse a varias familias desconsoladas en un refugio cerca de la guardería, en el jardín.

                Derribó la puerta de entrada con el pie, entró y empezó a cortar las cabezas de los niños con un cuchillo».

Nanthicha Punchum, directora de la guardería.

¿Qué se sabe del atacante?

El atacante, identificado como Panya Khamrab y que vivía cerca de la guardería, había sido despedido de su puesto de sargento en junio por un problema de drogas, declaró en rueda de prensa Damrongsak Kittiprapat, jefe de la Policía Nacional.

Se enfrentaba a un juicio por un cargo de narcóticos y había comparecido ante un tribunal en las horas previas a la matanza, según las autoridades.

“Tenía que presentarse a su proceso mañana (viernes) sobre su problema de drogas”, declaró Kittiprapat.

“El atacante estaba en un estado de locura”, pero una prueba sanguínea tiene que determinar si era debido al consumo de drogas, prosiguió. El arma que utilizó había sido adquirida legalmente para uso personal, añadió.

La provincia de Nong Bua Lamphu está situada cerca de el “Triángulo de oro”, en los confines de Birmania y Laos, considerado desde hace décadas como un punto central de producción de droga en la región.

¿Son comunes estas masacres?

Las leyes sobre armas son estrictas en Tailandia, donde tener un arma de fuego ilegal conlleva una pena de prisión de hasta 10 años, pero la posesión es elevada en comparación con otros países de la región.

Las armas ilegales, muchas de ellas traídas de países vecinos asolados por conflictos, son habituales. Tailandia es uno de los países en el mundo con mayor número de armas en circulación, pero a pesar de ello, las matanzas de este tipo son poco habituales.

En 2020, un soldado enfadado por un acuerdo inmobiliario fallido mató al menos a 29 personas e hirió a 57 en una matanza que afectó cuatro localidades.

Tras esa matanza, el Primer Ministro Prayut Chan-O-Cha dijo que quería que fuera “la última vez” que se producía una tragedia así.

 

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