Lo anterior tuvo lugar en la localidad de Eagle River, estado de Alaska, y ocurrió después de que una familia contrajo COVID-19 a finales de noviembre de 2021.
Lucas de 2 años y Cameron de 6 años, apenas tenían síntomas, mientras que sus padres Heath Dye y Hailey dijeron que estaban exhaustos.
En diciembre, Cameron presentó una gran fiebre y erupción desde sus tobillos hasta la cabeza, por lo que lo llegaron a un hospital.
Inicialmente lo trataron por faringitis estreptocócica y escarlatina, pero no alivió sus síntomas e ingresó a unidades de ciudados intensivos el 19 de diciembre.
Tenía insuficiencia cardíaca congestiva y líquido en los pulmones. Los médicos dijeron que Cameron Dye tenía síndrome inflamatorio multisistémico, una afección que viene con inflamación de los órganos principales en algunos niños de cuatro a ocho semanas después de un diagnóstico de COVID-19.
Cameron Dye fue dado de alta de la UCI el 29 de diciembre después de estar intubado durante varios días y recibir terapia de inmunoglobulina intravenosa y altas dosis de esteroides, dijo su mamá.
Aunque ya no está hospitalizado, Cameron Dye todavía tiene problemas para caminar y necesitará seguimientos de cardiología, neurología y endocrinología.