Las condiciones se han deteriorado en Etiopía, Madagascar, Sudán del Sur y Yemen, mientras que Nigeria y Burkina Faso son motivo de especial preocupación.
Para el director de la entidad de Naciones Unidas, David Beasley, es necesario que los líderes mundiales vuelvan a asignar más fondos a los países más afectados, como ocurrió el año pasado por la pandemia de coronavirus.
Pensamos que el año pasado superaríamos la pandemia de coronavirus, en cambio permanece con las variantes devastando sobre todo a las naciones de bajos ingresos y a los países en desarrollo que han sido catastróficamente golpeados por esta tormenta perfecta», advirtió.
El PMA, galardonada el año pasado con el Premio Nobel de la Paz por su labor contra el hambre en el mundo, solicita 6 mil millones de dólares para ayudar a 41 millones de personas que se encuentran al borde de la hambruna en 43 países.
Estos no son sólo números, no son sólo estadísticas, son personas reales con nombres y apellidos, vidas reales, frágiles y literalmente al borde de la inanición», aseguró Beasley en una conferencia de prensa conjunta con el canciller italiano Luigi Di Maio.
Si no abordamos sus necesidades, durante los próximos seis a nueve meses podría haber una hambruna sin precedentes, de proporciones bíblicas, seguida de desestabilización en muchas naciones y migraciones masivas», reiteró.
La solución más simple es la de dar más apoyo», dijo.
Las agencias internacionales de ayuda estiman que la escasez de alimentos debido a los conflictos, el cambio climático y las crisis económicas se ha agravado por la crisis generada por la pandemia del coronavirus.
Con información de Excélsior.