La ropa no tiene género, esto lo han postulado algunos profesores y teóricos enfocados en el comportamiento social para demostrar que, pese a la creencia sobre que las mujeres debían vestir de cierta forma y los hombres de otra, las prendas son más versátiles de lo que creíamos.
En esta línea también se colocan algunos docentes considerados modelos a seguir por por sus “actos simbólicos” como personas que impulsan la diversidad sexual más allá del género binario, es decir, del concepto y estereotipo de que hombres y mujeres deben definirse con ciertas características y objetos como la ropa.
El año pasado, el docente José Piñas se sumó a estas propuestas escribiendo en su cuenta de Twitter que:
“Hace 20años sufrí persecución e insultos xmi orientación sexual en el instituto en el q ahora soy profesor, muchos profes, miraron para otro lado. Quiero unirme a la causa del alumno, Mikel, q ha sido expulsado y enviado al psicólogo por ir a clase con falda. #LaRopaNoTieneGenero“.
En San Esteban, Valladolid, el profesor Manuel Ortega y Borja Velázquez fueron de los primeros en acudir al instituto con esta ropa después de que uno de sus alumnos insultara homofóbicamente a otro compañero.
Para Ortega entonces fue sumamente importante demostrar que una prenda no tiene nada que ver con la preferencia sexual de una persona ni es motivo para recibir burlas o discriminación. A día siguiente en su salón explicó este punto.
Por su parte, el jefe de estudios apoyó al docente y mencionó que efectivamente ponerse falda no tenía por qué ser un motivo de juicio, ya que “las prendas no significan nada y cada cual puede vestirse como quiera”.
En Pedrajas, una comunidad española, otro profesor acudió a las clases con las uñas pintadas, apoyando a uno de sus estudiantes que fue molestado y llamado “marica” cuando sus compañeros se percataron de que había decorado sus manos.
El padre del menor expuso que estas lecciones son “valores universales y no adoctrinantes”, dado que su hijo rompió en llanto al sentirse señalado por sus compañeros.
“Los niños no pueden insultarse así, son cosas que vienen de casa y hay que dar ejemplo…”, detalló el docente.
Por otra parte, en Sevilla un profesor llamado Manuel Sánchez, hace un par de años lució un jersey rosa en clase y sus alumnos le dijeron que “ese color era de niña”, a lo que él respondió que “los colores no son de nadie”, por lo que cualquiera puede usar el tono que prefiera en su vestimenta.
Para finalizar, también está el ejemplo del profesor Pablo Santaella de Granada, quien animó a sus alumnos a “ponerse la ropa que realmente les gustara y apeteciera” después de que fuera vestido con una falda a las aulas.
Su acción estuvo impulsada por un jovencito que recibió una serie de burlas por el resto de sus compañeros. Pese a dar clases de educación física, con este acto mostró que las faldas y sus estereotipos no tienen por qué ser ningún estereotipo, transmitiendo así su apoyo y cariño al alumnado.
“He recibido gran cantidad de preguntas, comentarios e incluso piropos por parte del alumnado. Mis respuestas a todos eran naturales, quitándoles importancia, que vieran que soy el mismo maestro con pantalón que con falda… Soy de los que piensa que esta profesión es vocacional, y yo siempre lo he tenido claro, mejor o peor, pero intento hacer mi trabajo lo mejor posible”, mencionó.