«Se ha roto la confianza entre la gente y la policía, hay que reformar el cuerpo de cabo a rabo», avisaron los miles de participantes de una protesta en París contra la violencia policial y el racismo a la que se sumaron partidos de izquierda, ONGs e incluso el sindicato de la magistratura.

La manifestación, que partió de la Estación ferroviaria Gare du Nord en dirección a Place de Clichy, homenajeó también a Nahel, el adolescente de origen magrebí tiroteado a finales de junio durante un control policial por un agente y cuya muerte desató una intensa ola de violencia en Francia.

Cerca de 200 organizaciones -entre partidos, ONGs, sindicatos y asociaciones de estudiantes- acudieron a la protesta de la capital (15 mil participantes, según organizadores). Fue la principal entre las 120 convocadas en Francia, pero por todo el país se estimó una participación de 80 mil personas.

A la altura del boulevard Clichy, cerca del Sagrado Corazón, una sucursal bancaria fue apedreada y un coche de policía fue atacado por un grupo de personas armadas con barras de hierro. Tres de los cuatro agentes que estaban dentro del coche resultaron heridos leves por traumas cervicales, detalló el prefecto de la Policía de París, Laurent Nuñez.

«La manifestación parisina ha vivido episodios de una violencia inaceptable contra las fuerzas del orden. Ya vemos en lo que desemboca el odio contra la policía», denunció en las redes sociales el ministro del Interior, Gérald Darmanin.

Poco antes del inicio de la protesta, Mathilde Panot, la líder parlamentaria de la Francia insumisa (LFI), el tercer grupo más numeroso en la Asamblea, afeó al Gobierno de Emmanuel Macron su gestión policial.

«Los relatores (de la ONU) en favor de los Derechos Humanos lo han constatado: si eres un joven, con pinta de ser árabe o eres negro tienes 20 veces más riesgo de que te hagan un control policial que la media», criticó ante periodistas.

Políticos denunciaron «el racismo sistémico» de la policía contra los jóvenes de los barrios populares, en gran parte concentrados en la periferia parisina.

La jefa de filas del LFI en la Cámara Baja calculó que en un solo año y medio 17 personas han muerto por haberse negado a pararse en un control policial, mientras que en Alemania, país con el que los franceses se comparan a menudo, ha habido 1 en 10 años por ignorar un control, de acuerdo con las cifras de la diputada Mathilde Panot.

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